La sedación y la anestesia son dos técnicas distintas, pero pueden ser complementarias.
El principal objetivo es aliviar el estrés y el dolor que algunos procedimientos pueden conllevar.
Entre estos procedimientos se encuentra cualquier tipo de prueba o manipulación, desde la extracción de sangre hasta la realización de radiografías o ecografías, hasta cirugías.
Algunos procedimientos necesitan de sedación o anestesia de manera indispensable ya que pueden producir dolor, molestia o estrés. Sin embargo hay procedimientos que no suponen molestias y son necesarios, como la realización de radiografías, en las que en ocasiones es necesario la sedación en función del estado del animal: si se estresa con facilidad, si es agresivo, por seguridad del operador veterinario.
La sedación se utiliza para la realización de procedimientos cortos y poco invasivos, por ejemplo extracción de espigas o realización de radiografías o sutura de heridas. Se resume en la administración de uno o varios fármacos, cuyos efectos duran aproximadamente 30-40 minutos.
Con la sedación conseguimos disminuir el grado de consciencia del animal, dejándolo dormido y relajado. Es un estado en el que el paciente mantiene los reflejos, respira por si mismo y puede tener respuestas conscientes.
La anestesia es una técnica algo más compleja, se utiliza en procedimientos más prolongados e invasivos, como una cirugía. Se diferencia de la sedación en que el animal entra en un estado conocido como hipnosis, en el cual no está consciente y no es capaz de percibir estrés ni físico ni psíquico. Se caracteriza por alcanzar un estado de amnesia, relajación muscular y pérdida de reflejos.
Antes de proceder a la anestesia, se realiza una valoración previa del animal con la realización de pruebas complementarias como son las analíticas generales y radiografías, para comprobar el estado de salud de la mascota.
Los principales riesgos de la anestesia derivan de la depresión que se produce del sistema nervioso central y cardiorrespiratorio. Hoy día esos riesgos están minimizados gracias a las pruebas previas realizadas a los pacientes y por el empleo de fármacos que permite reducir tanto la dosis necesaria como los efectos secundarios, así como llevar a cabo durante los procedimientos una monitorización continua de las constantes del animal.
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