Como hemos tratado en esta semana, la retención placentaria en yeguas puede ser un riesgo importante si no sabemos y conocemos el proceso por el cual nuestro animal debe pasar. ¿Qué es normal y qué se considera una complicación? ¡Vamos a ello!
El parto
La gestación en yeguas dura entre unos 330 a 345 días, es decir, unos 11 meses aproximadamente, pudiendo darse variaciones de incluso hasta 20 días más. El desarrollo del parto tiene tres fases entre las que se produce: la colocación del potro en el canal del parto, la expulsión y momento de nacimiento del potro y por último, la expulsión de la placenta y anejos embrionarios.
Previamente al parto, debemos estar preparados y tener ubicado el lugar donde se llevará a cabo la "labor de parto" de la yegua, para que ésta se habitúe y evitar así generarle estrés innecesario. Horas antes del parto, la yegua se mostrará inquieta y nerviosa... llegando a tumbarse y levantarse más veces de lo normal y alejándose del grupo a una zona aislada en caso de estar en compañía de otros équidos.
Entre las 4 - 5 semanas previas, las ubres de la yegua comienzan a aumentar de tamaño alcanzando el máximo desarrollo entre las 24 - 48 horas antes.
Las fases del parto
FASE 1: Aumento gradual de las contracciones del músculo de útero, normalmente dura entre 1 - 4 horas. Durante esta primera etapa del parto, el potro se da la vuelta a una posición extendida hasta conseguir una posición de cabeza, cuello y patas delanteras extendidas.
FASE 2: Es la fase más corta pero más importante y compleja, ya que, marca el inicio de las contracciones uterinas fuertes para la expulsión del potro. En un parto normal y sin problemas, el potro debe salir con la cabeza entre sus patas delanteras. Después del nacimiento, inmediatamente el saco amniótico se rompe y el potrito levanta la cabeza y empieza a respirar. Esta fase suele durar unos 15 minutos.
FASE 3: Esta etapa del parto suele durar cerca de 3 horas tras la expulsión del potro, aunque algunas yeguas eliminan la placenta inmediatamente después incluso, al mismo tiempo que el potro. En otros casos, la expulsión de la placenta puede retrasarse varias horas.
Las placentas retenidas, que son ya tejidos muertos, se van deshaciendo (autolisis) y promueven la proliferación bacteriana, se liberan toxinas y se generan productos que inducen la inflamación: aparece la metritis aguda tóxica.
La liberación de toxinas al torrente sanguíneo produce los síntomas asociados con infecciones, como fiebre, apatía, etc. y además puede producir laminitis (infosura), una enfermedad grave que causa mucho dolor.
¿Cuándo se considera que hay retención placentaria?
Si pasan más de 3 horas después del parto y las membranas fetales no se ha eliminado, estamos ante una retención de placenta. Y si pasan más de 6, hay que llamar urgentemente al veterinario.
Tipos de retenciones:
Totales: no se elimina la placenta.
Parciales: se elimina la placenta, pero hay porciones que quedan en el útero. Son muy traicioneras, pues pensamos que la expulsión es correcta. De ahí la importancia de examinar la placenta y comprobar que ha sido eliminada íntegramente.
Tratamiento de la retención de placenta en postparto
NUNCA se debe de tirar de la placenta para extraerla, debe de caer por su propio peso.
Forzar la expulsión puede suponer hemorragias, desgarros, prolapsos de la matriz, retención de microvellosidades de la placenta en el endometrio, retraso de la involución uterina, etc.
La retención de placenta es una patología grave, que debe de ser tratada de inmediato por un veterinario, el cual aplicará medicación intravenosa para la expulsión de las secundinas, o incluso realizará un lavado uterino.
Consecuencias de la retención de las membranas fetales
La retención de placenta es una enfermedad muy grave, que se desarrolla en horas posteriores al parto y que puede:
Acabar con la vida de la yegua.
Limitar la capacidad reproductiva, bajando la capacidad de quedarse preñada por la endometriosis que se produce. Una endometriosis es la degeneración de los tejidos del endometrio, la capa más interna del útero. Es la capa donde se realiza la implantación del óvulo fecundado. Si los tejidos no están sanos, el óvulo no puede implantarse y, por tanto, la gestación no se culmina.
Producir laminitis (infosura).
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