PARVOVIRUS
- clinicavetnoeliape
- 17 ene
- 3 Min. de lectura
El parvovirus canino es una enfermedad vírica que ataca principalmente el sistema digestivo, causando enteritis severa (inflamación del intestino). Este virus se adhiere a las células de rápida reproducción, como las intestinales y las del sistema inmunológico, debilitando gravemente a los cachorros.

Este virus, es extremadamente resistente. Soporta el pH y las diferentes enzimas que se encuentran en el aparato digestivo de nuestros animales y además puede permanecer largos periodos de tiempo, hasta meses, en el ambiente, lo que dificulta su eliminación en los criaderos.
Aunque afecte a todas las razas, hay determinadas razas que están predispuestas a padecer esta enfermedad como el Rottweiler, el Doberman Pinscher o el Springer Spaniel Inglés. También se ha visto que los Pastores Alemanes y los perros de raza pura son menos resistentes que los cruces.
Aunque cualquier perro no vacunado puede contraer la enfermedad, es más frecuente tener el parvovirus en cachorros hasta los seis meses de edad, por su inmadurez inmunológica.
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA:
El parvovirus canino tipo 2 (CPV-2), representa la principal causa de enteritis viral en perros. Apareció por primera vez a finales de 1970, caracterizado por un cuadro de diarreas hemorrágicas severas y vómitos.
El parvovirus se transmite por contacto directo o indirecto con:
Heces o vómitos de perros infectados.
Superficies contaminadas, como suelos, camas, comederos o juguetes.
Perros portadores del virus, aunque no muestren síntomas.
De madres infectadas a sus cachorros.
Una vez en el interior; este virus necesita células con alta tasa de reproducción:
Tejido linfoide
Células Cardiacas
Células intestinales
Medula ósea
El CPV-2 tiene alta resistencia al medio ambiente llegando a durar con capacidad infectante de 6 meses a 1 año. Por este motivo es importante para su control el correcto saneamiento y desinfección de lugares donde habitaron perros con esta patología.
Su periodo de incubación es de 5 a 10 días dependiendo cepa viral, estado del animal y títulos de anticuerpos maternos.
SIGNOS CLÍNICOS:
El CPV-2 se caracteriza por dos formas clínicas específicas, una cardiaca y la más conocida “intestinal o digestiva”. Sin embargo, los primeros síntomas son caracterizados por letargia, fiebre, inapetencia, vómitos, deshidratación, y lo más indicativo diarreas sanguinolentas malolientes. La mortalidad es superior en la cardiaca.
Forma entérica: la diarrea generalmente aparece de 6 a 24hs de los primeros síntomas y el vómito puede o no estar presente. Muchas veces está el reflejo del mismo, pero es improductivo (sin contenido). La diarrea es de olor fuerte a pútrido y sanguinolenta, la cual lleva a una severa deshidratación del animal.
Forma cardiaca: se diagnostica mayormente en cachorros menores a 12 semanas de edad. Tiene una tasa de mortalidad de 50% a 60%. Los cachorros con esta afección pueden aparecer muertos sin sintomatología previa y esto es debido a fallos en la conducción nerviosa de impulso cardiaco. Algunos autores sugieren que esto ocurre porque el virus llega al corazón antes que al resto de los sistemas de organismo provocando así la muerte del animal.
DIAGNÓSTICO:
Signos como la gastroenteritis hemorrágica, fiebre, leucopenia, linfopenia y los vómitos en perros menores de 2 años, son indicadores tentativos de un diagnóstico clínico de CPV-2. Pese a estos signos, deberán considerarse como diagnostico diferencial otras causas como coronavirus canino, salmonelosis, campylobacteriosis y giardiosis. Enfermedades sistémicas como moquillo canino o hepatitis infecciosa canina también deben ser tomadas en cuenta como diagnóstico diferencial.
Algunas toxinas pueden generar cuadros de gastroenteritis hemorrágicas en perros, razón por la cual es aconsejable el diagnóstico definitivo mediante pruebas de laboratorio que nos confirmen el diagnostico tentativo de parvo. Entre estas pruebas se encuentran: Pruebas de antígenos CPV, serología PCR...
TRATAMIENTO:
El tratamiento de la infección por CPV-2 es principalmente sintomático y de apoyo.
Fluidoterapia IV: fundamental para evitar la deshidratación y el desbalance electrolítico.
Protectores gástricos, antieméticos y probióticos: como apoyo para el sistema digestivo
Antibióticos: es importante para evitar las infecciones secundarias producidas principalmente por bacterias gram negativas.

PREVENCIÓN:
La vacunación contra CPV-2 forma parte de las vacunas esenciales para perros. Se recomienda comenzar con la vacuna desde las 6 a 9 semanas de edad continuando con dosis cada 21 días hasta las 12 semanas de edad. Algunas corrientes sugieren seguir con los refuerzos de dosis hasta las 16 semanas de edad del cachorro. Estas revacunaciones son importantes para evitar la interferencia con los anticuerpos maternos.
Protege contra los subtipos CPV-2a, CPV-2b y CPV-2c
Perfil de alto título y bajo pasaje
Comprobada efectividad en presencia de anticuerpos maternos
Segura para cachorros desde las 6 a 9 semanas de edad
¡¡¡RECUERDA QUE ES MUY IMPORTANTE LLEVAR AL DÍA LAS VACUNAS DE NUESTROS PELUDITOS!!!
Comments