Llevamos ya unas semanas en las que acuden a nuestra clínica, perretes con espigas clavadas en diferentes zonas de su cuerpo. Es por esto, que hemos decidido durante esta semana daros toda la información necesaria para prevenir situaciones como estas que os enseñamos a continuación.
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ESPIGA EN PATA >
Con el aumento de las temperaturas, las plantas comienzan a secarse y llegan las temidas espigas, que pueden clavarse en zonas del cuerpo de nuestra mascota y producirle desde otitis, heridas sangrantes, dolor e inflamación como síntomas más leves. En el peor de los casos, hablaríamos de secreción purulenta, úlceras corneales en el caso de los ojos o lesiones graves en órganos internos.
¿Dónde suelen clavarse?
Las zonas más comunes en las que se clavan las espigas en nuestros peluditos suelen ser la piel, los genitales, orejas, nariz y ojos. Pueden darse casos de que se alojen en la boca del animal, si las ingieren por error o jugando durante el paseo, por ejemplo, con una pelota... la espiga podría adherirse a ella y el perro ingerirla de forma accidental. En caso de la boca, podrían clavarse en las encías o en el peor de los casos migrar a algún órgano interno si es tragada.
Peligros de las espigas
Dermatitis:
La espiga se adhiere al pelo de nuestro peludo y si no se le quita a tiempo en una revisión rutinaria (muy recomendada en esta época del año), se puede formar un nudo alrededor de la espiga y éste provocar que el perro comience a lamerse e intente quitar esa sensación de picor que le provocará este enredo creándose así una dermatitis. Para prevenir esto, lo mejor es revisar como hemos dicho el pelo de nuestro perrete después de cada paseo y si encontramos espiga o nudo quitárselo.
Heridas infectadas o con pus:
Esto suele suceder cuando la espiga no se ha localizado a tiempo y se ha clavado en la piel. Cuando esto sucede como ya hemos mencionado, el perro suele lamer esa zona para aliviar el dolor, escozor o picor en la misma y lo único que conseguirá será clavar más la espiga en su piel. En estos casos se necesitará de ayuda y observación veterinaria para combatir esa lesión o infección. Heridas comunes:
Con la punta tan afilada de la espiga, es fácil que se claven en la piel sin ningún tipo de problema, sobre todo entre los dedos y almohadillas de las patas del perro. Para esto también revisaremos las patas del perrete, haciendo hincapié sobre todo entre los dedos y las almohadillas, zonas que tengan húmedas y nos lleve a pensar que se ha estado lamiendo la zona.
Otitis:
Cuando la espiga se aloja en el orificio de las orejas, puede provocarle heridas internas que lleven a una infección de oído provocando una otitis externa. Nuevamente, lo tendremos que comprobar en esa revisión tras el paseo, al rascado de las orejas o agitación constante de la cabeza (indica picor de oídos). Si al palmar en la zona de las orejas y alrededor, observamos un dolor fuerte, debemos acudir al veterinario para que hagan un examen profundo de sus oídos y en caso de tener una espiga alojada, se hará la extracción. Dificultad respiratoria: Esto puede suceder cuando la espiga se ha aspirado por las fosas nasales, observaremos a nuestro peludo nervioso, con moqueo o estornudo compulsivo e incluso podríamos observar sangrado por la nariz. Esto solo podremos evitarlo tratando de no llevar a nuestra mascota a lugares donde haya mucha espiga y en caso de que suceda por accidente, llevarlo inmediatamente al veterinario. Úlceras oculares: Espigas en los ojos... es algo muy doloroso y el perro se pondrá muy nervioso tratando de rascarse a toda costa lo que podría suponer que sus ojos se inflamen y tener perdida de visión debido a la espiga alojada. Evitar las zonas de espigas es la mejor prevención para evitar estas situaciones, pero si hemos tenido mala suerte y ya se le ha clavado la espiga en el ojo, debemos acudir urgentemente al veterinario y NO intentar extraerla nosotros mismos. Es una zona súper delicada. Las espigas no solo provocan picor y malestar en nuestras mascotas, como puedes ver, también pueden ser protagonistas de problemas graves. Gracias por leernos una vez más y recordad que la mejor prevención contra las espigas es evitarlas a toda costa.
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