Para concluir con el tema de la desparasitación en pequeños animales, terminamos con este último artículo sobre prevención y cuidados frente a enfermedades en este caso tan importantes como es la Leishmania, provocada por un parásito algo más diferente a las pulgas y las garrapatas. Hablamos de un mosquito o un flebótomo.
El Flebótomo (Mosquito)
Este parásito alado es el encargado de, a través de su picadura, transmitir a nuestro animal la enfermedad que se propaga por el torrente sanguíneo y comienza una fase infecciosa y peligrosa.
La leishmania o leishmaniosis puede atacar tanto a la piel de nuestra mascota como a sus órganos internos, por eso debemos estar muy atentos, ya que, es una enfermedad que a pesar de su prevención y cuidado, a día de hoy no tiene cura aunque si tratamientos.
La leishmaniosis cutánea es la más frecuente, es la que afecta a la piel.
La leishmaniosis visceral afecta a los órganos internos, normalmente: riñones, hígado y bazo.
Hay que tener cuidado ya que hay peludos que pueden resultar asintomáticos, el parásito puede permanecer en su organismo de forma inactiva meses o años hasta desarrollar la enfermedad.
Síntomas
Si tienes la sospecha de que este parásito haya podido picar a tu mascota, puedes reconocer algunos síntomas que te dejamos aquí (siempre y cuando, como ya hemos dicho, tu peludo no sea asintomático):
Hace más pipí de lo normal.
Bebe mucha agua.
Dolor intenso en articulaciones y/o músculos.
Estos síntomas son a nivel general en una infestación por flebótomo, pero recuerda que hay varios tipos de leishmania y por tanto, los síntomas pueden variar.
En caso de estar ante una infección cutánea:
Pérdida de pelo alrededor de nariz, ojos y orejas.
Úlceras en la piel.
Cambios de color en la piel.
Necrosis en la punta de las orejas.
Grietas en las almohadillas de sus patas.
Si por otro lado, nos enfrentamos a una infestación visceral, los síntomas serían diferentes:
Pérdida del apetito.
El animal está más apagado o apático.
Pérdida de peso importante.
Hemorragia nasal.
Vómitos, diarrea o heces de color negro o rojizo oscuro.
Ante la aparición de estos síntomas y la duda de que un flebótomo haya podido picar a tu peludito, lo mejor es acudir al veterinario lo antes posible. ¡Cuánto antes se haga un diagnóstico, mejor! No podemos perder el tiempo cuando se trata de enfermedades infecciosas.
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